Experiencia

Pasión por la tradición

del queso de oveja artesano.

Posada Real Castillo del Buen Amor es un impresionante castillo medieval del siglo XV en el que podrás experimentar la sensación de dormir bajo techos centenarios y llenos de historia, armaduras, tapices, habitaciones de piedra, con un trato y servicios royal a tu disposición. Disfruta de una maravillosa noche con el desayuno incluido en habitación Deluxe Medieval con bóvedas de estilo mudéjar y artesonados con tu propia terraza privada.

Después, imagina un paisaje de pastos dorados, de encinas verdes, de casas blancas y caminos pálidos, un mundo en el que el tiempo se detiene y la tradición perdura durante generaciones. El queso es uno de los alimentos con mayor historia y tradición en nuestra dieta, y como tal se merecía una mención especial.

Degustación de quesos

El rincón noroeste de la provincia de Salamanca, donde el Duero serpentea a su paso por Las Arribes, constituye el hogar de un preciado tesoro: la leche de oveja. Lugares como Los Arribes, El Abadengo, La Ramajería y Vitigudino, conservan la tradición del pastoreo tradicional cuyos rebaños proporcionaban la leche para la elaboración de quesos. Un queso, que con un lento reposar y la atenta mirada de maestros queseros, adquiere unos sabores arraigados que lo convierten en un manjar único e irrepetible.

Acércate a descubrir, en este rincón, la maestría quesera de antaño que aún sobreviven al paso de los años. Verás a las ovejas comiendo tranquilamente por los pastos de la finca. Serás testigo de la tradición, de cómo se rellena a mano cada molde, cómo se introduce en las prensas y en aguasal. Te embriagarás con el aroma de las cámaras de maduración y serás partícipe de todos los cuidados que requiere cada fase. Y, por último, lo mejor: la cata. Descubre cada uno de los matices y cada atisbo del buen hacer quesero que se abre camino en tus sentidos ¡te convertirás en todo un experto!

Incluye:

  • Alojamiento y desayuno en Posada Real Castillo de Buen Amor.
  • Visita guiada y cata en quesería artesana.

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Posada Real Castillo de Buen Amor

Servicios Royal, cena privada en el torreón, mayordomo, masajes relajantes, catas de vino, picnic en el jardín, actividades en la naturaleza… en este castillo del siglo XV todo parece de cuento. Comienza el día con un rico desayuno en las antiguas caballerizas de la fortaleza. La familia Fernández de Trocóniz, excelentes anfitriones, te contarán la historia y leyendas de esta Posada Real. Vive una experiencia inolvidable.

Construcción: Palacio renacentista del siglo XV

Capacidad: 40 habitaciones /80 personas

Ubicación: Topas – Salamanca

MÁS INFO

Naturaleza y cariño

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Ruta cercana

Salamanca

El encanto de la dehesa

Nos ponemos en marcha con nuestro Porsche, disfrutaremos de una ruta al sur de la provincia de Salamanca, y limítrofe con la comarca de las Hurdes, se extiende la comarca de la Sierra de Francia, que engloba a la serranía de Béjar, contrastando su duro relieve con las plácidas llanuras camperas y el mar de dehesas que por lo general configuran el paisaje salmantino. Los pueblecitos que salpican estas llanuras y bosques de roble, castaño y el rojo alcornoque, han sabido conservar su espíritu de antaño, en parte por no haber podido disfrutar de las buenas comunicaciones de hoy día. Aquí también convive el ganado, el más auténtico toro de lidia y cómo no, el apreciado cerdo ibérico o de pata negra. Grandes y gustosos alicientes para emprender un viaje peculiar.

Salimos de Salamanca por la rectilínea SA 210, dejando atrás Tamales y El Cabaco. Lo primero que percibimos es la visión monumental del risco de la Peña de Francia, con una altitud de 1.723 m. Si vamos con tiempo, desde este último pueblo tenemos acceso al santuario de la Peña de Francia, al que se llega tras un sinuoso recorrido, del que en 1437 se hicieron cargo los dominicos y levantaron la iglesia, su convento y la hospedería. Desde sus miradores de Santiago, del Fraile y Santo Domingo se contemplan unas vistas espectaculares hacia los cuatro puntos cardinales hacia Cáceres y Portugal. A 10 kilómetros llegamos a La Alberca. Un conjunto rural declarado patrimonio cultural desde 1940 y que, desde hace casi un siglo, sigue conservando su fisonomía y particular trazado con casas y calles empedradas con entramados y balcones de madera, permanentemente decorados con flores durante primavera y verano. La plaza mayor está porticada por tres lados, y acoge la casa consistorial. Aprovecharemos para hacernos con algo de artesanía como bordados, embutidos de primera calidad, miel y turrón.

La Alberca

A pie de La Alberca, contiguo a la comarca extremeña de Las Hurdes, se extiende el que se considera como el valle más hermoso de la Sierra de Francia, el valle de Las Batuecas. Surcado por el río homónimo, es un entorno natural declarado Parque Natural. Una visita obligada es la ascensión hasta el Mirador del Portillo, a 1.250 m. de altitud. Tras superarlo, nos adentramos entre pétreas laderas y una frondosa y colorida vegetación dada la mezcla de robles, encinas, tejos, madroños, avellanos, etc. La fauna está igualmente protegida al ser Reserva Nacional de Caza. Entre estos canchales se esconden las “Cabras Pintás”, muestras rupestres del Neolítico. Dejando atrás La Alberca llegamos a Mogarraz, famosa por su fuente del humilladero y su artesanía en piel y confección de botos camperos.

Miranda del Castañar es la población que encarna el aspecto más medieval de nuestro viaje en Salamanca. Su casco urbano está férreamente rodeado por una muralla bien conservada, que se alzó entre los siglos XII y XIII, y que franqueamos por las puertas de San Ginés, de Nuestra Señora, de San Benito y del Postigo. Sobre su planta se alza su castillo del s. XV, con su típica torre del homenaje y escudo de la familia de los Zúñiga. Enfrente, su plaza principal, es igualmente uno de los cosos taurinos más antiguos de España. Su originalidad se la proporciona su planta rectangular, y sus burladeros en forma de arco ojival. Una buena opción para nuestro viaje, aunque suponga desandar parte del camino, es ir en busca del cruce por Las Casas del Conde, que nos da paso hacia San Martín del Castañar, para dar cuenta de su arquitectura tradicional en la que destacan sus bellos corredores y casas blasonadas. Su calle principal se ensancha entorno a su fuente, y un antiguo pasadizo a un extinto palacio.

El tramo que une la C 515 con la N650 es rápido hasta llegar a Béjar. Históricamente fue un privilegiado emplazamiento de la villa en un punto defensivo clave a caballo entre la meseta norte y sur. Sus joyas monumentales son su Palacio Ducal, su muralla defensiva de origen árabe, y su plaza de toros, considerada la más antigua de España. A pocos kilómetros, Guijuelo ostenta ser una de las poblaciones españolas con mayor renta per cápita, gracias a los jamones y embutidos de cerdos ibéricos, que aunque venidos en buena parte de las dehesas extremeñas y andaluzas, encuentran aquí el lugar idóneo para su curación, gracias a un característico clima frío y seco. Imprescindible hacer acopio de los “delicatessen” que más nos plazcan.

Tan sólo una hora desde Guijuelo, llegamos a Salamanca, a orillas del río Tormes y bañada por su característico color ocre de sus monumentos que le proporciona su piedra de Villamayor. Salamanca es conocida en todo el mundo por el animado ambiente estudiantil de su célebre universidad. Su centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y su Plaza Mayor es una de las más elegantes plazas barrocas españolas. Salamanca es la ciudad del español, cuando en el siglo XV vio nacer la primera Gramática de la Lengua Castellana, que se convirtió en instrumento fundamental para su expansión por todo el mundo. Es también cruce de caminos, y parada obligada en la vía de la plata.

Plaza Mayor de Salamanca

A veinte minutos de la emblemática capital castellana, ¿quien no quiere parar a descansar y alojarse en un verdadero “castillo” medieval?. El Castillo del Buen Amor es uno de los hoteles más singulares del club de hoteles con encanto de Ruralka. Un castillo-palacio del s.XV, declarado Bien de Interés Cultural desde 1931, que ha respetado intacto su aspecto original. Cada estancia se ha adaptado a la construcción original del Castillo creando espacios cálidos, acogedores y únicos, incluso algunas habitaciones disfrutan de terraza privada en el almenado. Su piscina ocupa parte de su obligatorio foso. Y como restaurante, su servicio es igual de espectacular. Su chef, Javier Esgueva, elabora con mimo para su carta menús basados en la cocina casera y en la tradición castellana. Sin duda el mejor punto de llegada de nuestro viaje entre los mejores tesoros del reino castellano.

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Puntos de carga cercanos

Posada Real Castillo de Buen Amor 
Topas – Salamanca

Puntos de interés

  • Salamanca: Casco antiguo, Plaza Mayor, Casa de las Conchas, Plaza de Anaya, Catedral y Universidad de Salamanca.
  • La Alberca
  • Miranda del Castañar
  • San Martín del Castañar
  • Casco antiguo de Béjar
  • Museo de la chacina en Guijuelo

Excelencia y confort

Mapa de ruta

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