Cerramos la temporada de roadleaders con una gran ruta.

3 Dic 2019

El último de los roadleader weekend de los cuatro que han compuesto este año en V-Strom On Road ha tenido como escenario la zona noroeste comprendida entre Burgos, Soria, La Rioja y Navarra en pleno mes de otoño. Una de las estaciones más recomendadas para disfrutar de las V-Strom por la vistosidad de los colores de los escenarios agrestes a recorrer.

La previsión meteorológica para el fin de semana fue muy severa para la zona debido a la lluvia, pero esto no desanimó a los vstromers. Algunos llegados desde zonas tan remotas como Cádiz o Málaga, y que el pasado sábado 30 de noviembre se dieron cita puntualmente a las 9 de la mañana en el Hotel Las Baronas, localizado en Santa Cruz de Salceda, al este de la provincia de Burgos, y perteneciente al selecto club de hoteles con encanto de Ruralka.

Un copioso desayuno atendido directamente por Nuria, responsable del hotel burgalés, dio el pistoletazo de salida al encuentro y donde, además de recargar las pilas, facilitó que los vstromers que no se conocían entre ellos lo fueran haciendo. Una sencilla charla acerca del recorrido previsto e incidiendo en la seguridad en marcha dieron paso al motivo por el que todos habían venido: ¡disfrutar del otoño con las V-Strom! Se dieron cita modelos de todas las épocas, cilindradas y versiones. Lo que da muestra de la fiabilidad y confianza de sus entusiasmados propietarios vstromers.

Unos últimos ajustes a la ropa invernal de los pilotos y sus acompañantes, y a toda la parafernalia que ahora también nos acompañan en las rutas, como las cámaras y GPS, y pusimos rumbo a la cercana localidad de La Vid, protagonizada por su imponente Monasterio, rodeados de viñedos como paisaje habitual en el arranque de la ruta, y por el que alcanzamos el pueblo medieval de Peñaranda de Duero. Todo bajo un cielo plomizo que iba a más y que no tardó en descargar, ya como tónica de la jornada, pero que no menguó los ánimos para disfrutar de la ruta. El yacimiento romano de Clunia Sulpicia está situado en un destacado promontorio, coincidente con la ruta, pero dejaremos su visita para épocas más benévolas de la climatología al igual que el Cañón del río Lobos que también queda cercano, pero nos conformamos con atravesarlo ya dentro de esta vasta zona de pinares que compone esta parte de Soria.

Pusimos dirección al embalse de la Cuerda del Pozo, nutrido por las aguas bravas de un joven río Duero que precisamente nace por la zona. El pueblo de Vinuesa queda a los pies de los Picos Urbión y muy próximo al Parque Natural de la Sierra Cebollera, en la que nos adentramos desafiando las recientes nevadas caídas por la zona. La famosa Laguna Negra también es otro de los reclamos sorianos pero hoy habíamos venido a montar en moto.

El Puerto de Santa Inés con sus 1.753 metros de altura es el techo de la ruta y donde apreciamos algunos restos de nieve pero mermados por la intensas lluvias. Montenegro de Cameros y Villoslada de Cameros, ya del lado de La Rioja, nos permiten alcanzar la N-111 que conecta las capitales de Soria y Logroño. Esta carretera nacional, ahora rotulada por Turismo de La Rioja como Ruta Motera nos permitió llegar al punto de comida, localizado en Albelda de Iregua, de la manera más rápida pero no menos entretenida junto al curso del rio Iregua y con la visión de unos abruptos desniveles del terreno y salpicados por los tonos tan cálidos de los bosques de hoja caduca que se imponen en la zona.

Menú contundente a base de productos riojanos, una sobremesa de animada charla donde conocerse mejor y comentar lo vivido durante la intensa mañana; y de nuevo apareció una persistente lluvia que hizo que lo más aconsejable fuera dirigirse directo al destino final de la ruta en Pamplona. El Toro Hotel & Spa en la capital navarra, dio por concluida esta no menor gesta otoñal. Con una calidez de las instalaciones del hotel en la llegada que supuso toda una recompensa para los integrantes de este último roadleader weekend del año. La cena remató este encuentro de apasionados vstromers y donde el buen rollo a pesar la dura jornada y el derroche de confianza entre los desconocidos hasta hacía unas escasas horas supuso el broche final a una ruta que seguro todos recordaremos con una muesca más pero muy especial en nuestra siempre fiel Suzuki V-Strom.

Marcos Blanco