¡No te pierdas la gran aventura de nuestro vstromer Toni Trotacaminos en su viaje a Cabo Norte!

9 Ago 2018

Nuestro amigo Toni Trotacaminos ha realizado su gran sueño de viajar con Babieca (su Suzuki V-Strom 650 de más de 300.000 km.) y os lo contamos en el blog.

En 21 días ha llegado a Cabo Norte a lomos de su V-Strom desde España para completar un reto deseado desde hace años. Estamos impacientes por conocer su aventura de más de 11.000 km.

¡Vayamos hasta Cabo Norte con Toni Trotacaminos a través de su experiencia!

Pre-viaje

P.Toni ¿Por qué has elegido V-Strom para realizar este viaje?

R.Es la moto que tengo desde hace 9 años, en la cual, tengo depositada toda mi confianza a pesar de haber superado los 300.000Km.  Otra de sus cualidades es que es una moto muy confortable y noble para afrontar largas horas de viaje a solas o acompañado, como ha sido en este viaje.

P.¿Qué esperabas al realizar este viaje?

R.Cumplir uno de mis sueños, y qué mejor hacerlo que con la persona querida y con Babieca  (mi V-Strom).

Después de leer muchísimo y de visionar muchos vídeos, quería y deseaba realizar este viaje.

Viaje,

P.¿Cuáles han sido los puntos más importantes del viaje?

R.Entre tantos y tantos detalles a destacar, sobresalen:

  • El día tan esperado de la salida, ya se sabe…. ese hormigueo que se produce en el estómago, días antes de partir.
  • La entrada a nuevos países.
  • Cuando te acercas a la isla de Mageroya, y te das cuenta realmente de lo lejos que estás de casa.
  • La emoción que te invade al visualizar la “BOLA”,  tanta veces vista virtualmente.
  • La segunda etapa del viaje, que es el retorno, sabiendo que tienes 10 días (que son escasos) para recorrer la fantástica costa de Noruega.
  • Conocer a personas con la misma pasión, que comparten emocionados los mismos sueños.

P.¿Cuál describirías como la etapa más dura para viajar con la V-Strom?

R.Sin duda, las largas y aburridas etapas de autopista, que esto se solucionaría con conseguir más días de viaje y así se podría realizar estas etapas de “enlace”, por carreteras nacionales y comarcales, descubriendo  innumerables pueblos encantadores.

P.¿Qué lugares no nos podemos perder en este viaje?

R.Toda la costa noruega es una maravilla,  la describiría como un capricho de la naturaleza desde el día en que se formó. Pero si este capricho lo elevamos al cuadrado, ahí están la Islas Lafoten, con sus pueblos de casas de color burdeos, asomándose al mar, con playas de arenas blancas y arropadas por montañas con sus cumbres nevadas, algo muy difícil de imaginar si no lo ves en persona. Los sentidos se emborrachan ante tanta belleza.

En el sur de Noruega tenemos lugares tan famosos como: la carretera de los Trolls, espectacular!  Y no menos sus miradores que se asoman al vacío.

Tampoco se puede dejar de ir a otros como:  Dalsnibba, Geiranger, Stegastein,…y el más famoso de todos, El Preikestollen  (el Púlpito).

Destacaría  las iglesias Heddal de madera del siglo XIII.

Otra de las maravillas de la naturaleza en Noruega son los fiordos, lo que hace que se le conozca como el país de los fiordos, se hace difícil imaginar que después de circular mas de cien kilómetros hacia el interior, te encuentres un enorme crucero entre altas montañas.

No olvidemos ciudades como Bergen, o Estocolmo,  capital de Suecia,  no te dejarán indiferente, donde cámara en mano, intentarás inmortalizar sus calles y monumentos.

Post-viaje

P.¿Has cumplido tu objetivo?

R.Se ha cumplido, además de poderlo realizar sin ningún contratiempo.

P.¿Qué sensación te queda después de esta gran experiencia? ¿Recomendarías este tipo de viajes en moto?

R.La sensación es extraña, han tenido que pasar unos cuantos días para poder asimilar esta gran experiencia. Yo diría satisfacción por poder cumplir uno de mis sueños, y frustración porque se me han quedado muchas cosas por ver, pero el tiempo es el que manda.

Por algo dicen que es el destino por excelencia de todo motero.

Es un viaje totalmente recomendable para un motorista con ganas de viajar y descubrir paisajes de ensueño, superarse día a día, impregnarse de ese espíritu de viajero nómada, levantándote cada día en un sitio diferente durante 21 días seguidos, como ha sido mi caso.

Cuando uno vuelve de Cabo Norte, ya no te da miedo a seguir descubriendo horizontes más lejanos.